DISCO REVIEW: MPB La savia fundamental del canto popular

"Cuendo eu morrer / nao quero choro ni vela / quero uma fita amarelha / gravada com nome dela / Si existe alma / uma outra encarnaceao / eu queria que a mulata zapatease / meu caixon"

Esta vieja canción hecha en solfa, que desmitifica la muerte (y que nos remite a los cultos tanáticos de México) pinta a todo un país con un grueso pincel africano, continente donde la vida y la muerte son, cotidianamente, dos caras naturales de una misma moneda.

Los problemas del Brasil son iguales a los nuestros. Pero lo que lo diferencia del resto de América es el tono festivo, "el toudo bem" con que encaran sus dificultades. Lejos de un sentimiento trágico (como la herencia rioplatense de España e Italia) el país goza de una "impronta tribal", un sello negro que los recorta del resto de Latinoamérica. El samba-canción, la tristeza y el lamento fue la tradición que dominó al Brasil musicalmente entre los '50 hasta principios de los '60. Elizeth Cardoso, Fernando Lobo y Caubi Peixoto entre otros más, fueron sus máximos exponentes.

A mediados de los '60, comenzó una nueva  corriente de la mano de la vuelta del samba de las favelas, que Implicaba la expresión de todo un contenido social, junto con la música de protesta. Era la llamada Jovem Guarda. Juca Chavez, Erasmo Carlos y también Elza Soares se enrolan en sus filas, donde se señala cantando las profundas diferencias de clase tan típicas del inmenso país hermano.

Inmediatamente después se da otra vuelta de tuerca en la MPB (Música Popular Brasileña): surge el tropicalismo y resurge el samba como tal. Aparecen grupos como el Cuarteto de Em Cy y solistas como Chico Buarque, Elis Regina, Dorival Caymmi, María Bethánia, Milton Nascimento, Caetano, Gal Costa y el popularísimo Paulinho da Viola.

Edú Lobo es el primer producto de los festivales masivos de la MPB, cuando declinan los dorados sesenta. Mientras, Chico es elegido como el más grande compositor, el de la más alta poesía, título acorde a su compromiso político, claro y permanente. El no ha dudado nunca de compartir escenarios del mundo junto a otros artistas que luchan por causas nobles, dejando siempre la marca de su talento notable. Otro grande entre los grandes es Milton, compositor carioca (aunque oriundo de Minas Gerais) ganador de innumerables premios por su arte compositivo y su voz.

La vida de la MPB se vio definitivamente impulsada por el entonces gobernador de Río de Janeiro. Carlos Lacerda (el mismo que tuvo algunos puntos de desacuerdo con la cúpula militar del gobierno de turno). Compró el famoso Archivo Almirante, trabajo que le llevó la vida a su recopilador, Henrique Fores.

A partir de los '60 se se aceleró la revolución de la samba tradicional. Dos ejemplos son la música de Nelson Cavaquinho y la de Carlota, fundador de Mangueira. Carlota (cuyo nombre era Angenor de Oliveira) hacía sambas en los bares y reductos nocturnos plenos de bohemia. Así como tenía un talento especial y prolífico también las olvidaba cuando despertaba al costado de una botella.

Paralelamente, Roberto Carlos (antes de cumplir 30 y volverse cantante romántico para señoras gordas) es otro exponente de aquellos años. Sus primeros discos poseían una mezcla de agradable rock con suave cadencia brasileña. "Quiero que se vaya todo al infierno" fue el tema-himno de rebeldía que sonó en todas las radios del Brasil. Otros artistas renombrados fueron Vinicius, pope del movimiento tropicalista y tutor de la bossa nova, Baden Powell y su guitarra mágica y Edú Lobo y sus famosos "choros".

El Tropicalismo supo capturar la demanda de la juventud brasileña (que adoraba a Los Stones y a Los Beatles por igual), que buscaba una canción nueva que hablase en su idioma sobre los sueños y las luchas de todo un pueblo. Con signos exteriores como los ropajes hippies, el pelo largo y las guitarras eléctricas. Las letras de las canciones devinieron, en un lenguaje atrevido y crítico, denunciando a la sociedad de consumo, a las falsas posturas de un conformismo a ultranza y la repulsa a las dictaduras.

Genios como Caetano Veloso y Gilberto Gil fueron emblemas de esta nueva corriente. Ambos artistas terminaron autoexiliados en Londres. Raúl Seixas fue el primero que formó un conjunto con guitarras eléctricas y a los doce años tenía su grupo. El novel rock brasileño (hijo del tropicalismo) se dio con Cazuza y Renato Russo. Ambos murieron muy jóvenes, dejando temas como "Farwest" o "Alias Picaflor".

A fines de los '80 el rock recibe la influencia de la música rural (que se emparentaba con el country de los Estados Unidos), la llamada caipira. Como contrabalanceo en las ciudades se desarrolla el rap y el funk. Y en especial el pagode, una especie de samba con raíces cariocas. En los '90 se fusiona con el axé-music, mezcla de samba y reggae, cuya artista descollante es Daniela Mercury, reina de esta música sincrética.

Pese a los devenires musicales y las muy variadas influencias y corrientes, la MPB tiene un tronco sólido. Un tronco que nunca abandonó u olvidó a los Cartola o a los Cavaquinho y que permite al árbol ramificarse sin perder una gota. Que ningún leñador venido de afuera se atreva a cortarlo.

por Hugo Latorre

 

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