DISCO REVIEW: The Doors |
Traen su nombre de la cabeza de William Blake, y abrieron sus puertas a una poesía delirante, tan patética como sin caminos de salida a la vista. Con el fundador del grupo, el tecladísta Manzarek, la superestrella de Jim Morrison y sus compinches en guitarra Robby Kríeger, y en batería John Densmore, los Doors hablaron de sexo, de drogas y de rock and roIl por supuesto. Fueron los primeros que se animaron a contestar y con esa rebelión alcanzaron la fama. Con una carrera relativamente corta, el cuarteto supo meterse en las venas del público con su música penetrante como la mirada de Jim. Mordaz como la batería que simula un fusilamiento. Obsesiva como la guitarra en "Back Door Man" y recurrente como el leit motiv de "Light My Fire", tema que los pinta de cuerpo entero. En su primera entrega discográfica (1967) hay temas del blusero Willie Dixon, una composición de Kurt Weill y Bertoldt Brecht adaptada al rock, y el resto son de su propia factoría. Que afortunadamente es muy rica, amplia y variada. Posee una tapa que sorprendió en su momento por el montaje fotográfico, que por supuesto otros grupos usaron luego con menor fortuna. Hasta en eso se revelaron precursores. Este trabajo llamado simplemente "The Doors" es una obra maestra de la música de todos los tiempos, una invitación que no debemos eludir si queremos conocer al shamán que enciende el fuego. Por Hugo Latorre |