Damas y Caballeros: Pasen y vean |
El Gallo Cantor no está pensado (aunque lo aluda el nombre) para ser un mero corral de aves. Ni siquiera un criadero de pollitos. Tampoco es un despacho de huevos. Aunque sí los tuvo y los puso para abrir esta verdadera disquería alternativa allá por 1986 D.C. |